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Calabacín fresco, hortaliza de color verde brillante y textura tierna. Bajo en calorías y rico en vitaminas A, C, B6, potasio y fibra. Versátil en la cocina, es perfecto para ensaladas, guisos, salteados y platos al horno, aportando suavidad y un sabor delicado a tus recetas.
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El calabacín es una hortaliza perteneciente a la familia de las cucurbitáceas, reconocida por su forma alargada y su piel de color verde, que puede variar en tonalidades según la variedad. Su pulpa es de color blanco-crema, con una textura suave y un sabor delicado que lo convierte en un ingrediente muy apreciado en la gastronomía.
Nutricionalmente, el calabacín destaca por su bajo contenido calórico, aportando aproximadamente 16 kcal por cada 100 gramos, lo que lo hace ideal para dietas de control de peso. Es una excelente fuente de vitaminas, como la vitamina C, que contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo y al fortalecimiento del sistema inmunológico, y la vitamina B6, que participa en el metabolismo de las proteínas y en la formación de neurotransmisores. Además, aporta minerales esenciales como el potasio, que ayuda a regular la presión arterial y el equilibrio de líquidos en el organismo, y el magnesio, importante para la función muscular y nerviosa. Su contenido en fibra favorece la digestión y contribuye a la sensación de saciedad, siendo beneficioso para el tránsito intestinal y el control del apetito.
En la cocina, el calabacín es sumamente versátil. Puede consumirse crudo, cortado en finas láminas o rallado, en ensaladas y carpaccios, aportando una textura crujiente y un sabor fresco. Cocido, se integra perfectamente en guisos, sopas y cremas, donde su textura suave añade cuerpo y cremosidad a las preparaciones. Es común en salteados con otras verduras, en platos al horno como lasañas y gratinados, y como base para espaguetis vegetales, ofreciendo una alternativa saludable a la pasta tradicional. Además, su uso en repostería, como en la elaboración de bizcochos y panes, aporta humedad y una textura esponjosa a las masas.
Al seleccionar calabacines, es recomendable elegir aquellos que sean firmes, de tamaño mediano y con una piel lisa y brillante, sin manchas ni magulladuras. Para su conservación, se sugiere almacenarlos en el refrigerador dentro de una bolsa perforada, donde pueden mantenerse frescos durante varios días.
En resumen, el calabacín es una hortaliza nutritiva y versátil que enriquece una amplia variedad de platos, aportando sabor, textura y múltiples beneficios para la salud, siendo una elección inteligente para incorporar en una alimentación equilibrada y saludable.
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